Morir y sacarse el hacha de las entrañas, siendo el espejo de toda una vida que admiró personajes bien pulidos, fragmentados al polvo. Muy elocuentes.
Darme muerte a cada instante para renacer a cada momento.
Pero sigo siendo un cómo con un qué escondido.
¿Y hablando a quién?
Para morir hay que matar.
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