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viernes, 30 de diciembre de 2011

Congelados por tanta medida (o la ley de la esquizoselva)




El lobo muestra los dientes, el cordero dice gracias compasivo; y le pregunta '¿cómo es que pensás que este suspirar, tan mío, no vale nada?'. No se lo come, ni se muere, el tiempo se detiene, se convierte en una resonancia mórfica. Un chapusón de ondas que inundan y que construye mundos. Así se originan, en la pradera, que se hace un monte, donde hacen crecer el bosque y por último la selva; que crecen al rededor de, y por, un par lobo-cordero y un cordero-lobo; detenidos en el tiempo. Se levantan especies pioneras, pastos rastreros, ratones, arbustos, zorros rojos, arboles medianos, ciervos, gigantes añejos y cuervos, llenos de pájaros; en un orden perfectamente orquestado. La ley de la selva es el vórtice fractal generado por un lobo y un cordero que están detenidos en el tiempo porque ninguno de los dos piensa en ceder. El cordero es muy malo como para sufrir y el lobo es muy bueno como para morder. Adentro del cordero hay un lobo, que es un cordero dentro de un lobo, que es un cordero dentro de un lobo; que interactua con un lobo dentro del que habita un cordero, que adentro tiene un lobo, dentro del cual hay un cordero, con un lobo adentro, que tiene un cordero dentro, o quizás el lobo ya fue comido por el cordero o es el cordero el alimento que el lobo regurgita, es que el lobo en cuanto se dió cuenta que al cordero le generaba placer ser comido, prefirió comerse su placer, y el cordero, tan lobo, eligió que sea sin sufrimiento ofrecerse al diente.

Se midieron, la selva creció inmensurable.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

el no de la dialéctica




Dejé de arar la tierra, porque observarla era más placentero que ararla. Entonces pude dejar de usar herbicidas, porque sin revolver la tierra las semillas de la maleza no vuelven a abrirse. Entonces no necesité más pesticidas, porque donde crecen plantas sanas las plagas no aparecen. Así fue que no volví a tirar fertilizante, porque mi campo se empezó a poblar de microorganismos y la tierra se mantuvo equilibrada.

Dejé mi puesto de trabajo, porque necesitaba relacionarme con las personas y no con la explotación. Dejé mi carrera, porque ya no necesitaba un papél que me consiga un puesto de trabajo. Entonces dejé de fumar, de tomar y comer venenos, porque ya no tenía que evadirme del malestar de trabajar y estudiar para un otro que nunca conocí. Así fue que dejé de preocuparme porque empecé a sentir con mi cuerpo y me poblé con más que palabras sobre la vida.

El mercado sigue intacto, la necesidad histórica está invisibilizada. Dejar de fertilizar porque alguna vez se empezó a arar para sacar un par de yuyos, que rociamos con herbicidas, que nos hicieron necesitar pesticidas, que nos hicieron rociar nitrógeno y fósforo, que ahora se acumula en nuestros ríos y se llenan de algas, que llegan al mar y se vuelve marea roja, que nos hacen ir a pescar más lejos, en aguas más profundas, que nos consumen toda la energía, que reponemos con cultivos transgénicos, que nos destruyen el cuerpo, nos genera dolor y lo evadimos en el consumo de la misma producción que lo generó; esa es la propuesta y voluntad del mercado. Es la propuesta que aceptamos a diario, sin importar nuestros reclamos. El mercado es una peste que se hace fuerte dónde la salud de las personas es débil.

Entonces dejamos, dejamos el estatus en la educación, para eso había que dejar el orgullo, porque donde hay un yo fuerte el amor no crece. El amor nos volvió revolucionarios porque nos relacionamos sin un interés oculto y nos sentimos sinceros. Y en tanta verdad nos sentimos en paz, y la paz nos llenó de energía. Y con toda esa energía aprendí a dejar. Porque en el fondo siempre sabemos lo que tenemos que hacer, solamente que todavía no estamos dispuestos a pagar el precio. Dejar el cine, dejar el churrasco, dejar el trabajo, dejar la 'seguridad' económica, dejar los sueños familiares, dejar la imagen que nuestras amistades tienen de nosotros o dejar el amor de mi madre, siempre hay un dejar que no dejamos y es dónde mueren todas las revoluciones.

Este camino empezó con una declaración de soledad, pero nunca lo fue.

martes, 20 de diciembre de 2011

el valor de tu palabra

Que tenías razón, que era obvio que si yo estaba tan seguro seguro estaba equivocado; que si se podía vivir del aire.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Derretidos en la nieve


Devolver la comunicación a la tierra, darle de una buena vez voz, vos; y yo. Sentirnos en todos nuestros canales; es nuestra necesidad histórica. Si ya de por sí el lenguaje es defectuoso, ¿hace cuanto lo venimos amputando con esto de la era de la comunicación?

quiero escuchar tu voz, y tu risa, porque sin eso mis oídos se marchitan

miércoles, 14 de diciembre de 2011

gusto de vos

Mi bisabuela atravesando a mi abuela, que atravesó a mi mamá a través de mi papá, que atravesó a la maestra, que terminaron atravesando a esa coordinadora de catequesis, cuando la catequista nos la presentó con tanta solemnidad, y que encarnaba toda la flecha del matriarcado y no sólo la punta que yo conozco. Encima esos eran días en los que jugabamos a gustar de alguien y esconder su nombre. Pero esa felcha preguntándome en la frente, justo al entremedio de los ojos, y yo, haciendo fuerza para acordarme de ser Sebastián; pero tan sincero o estúpido, que le contesté Sofía. Si hubiera sido rápido hubiera tirado una gambeta 'sofyyyfferderico', qué herror hoportuno; pero no sabía tirar gambetas y la culpa era de los pibitos de mi grado que no me pasaban la pelota y entonces yo, más mudo que entero, decía que no me gustaba el fútbol. Lo hubiera dicho, que siempre fui un nene de mamá, pero los dedos señalando -siempre son dedos quebrados, y los dos lo sabemos; esos que donde tocan duelen-; o fue que me puse rojo y nada más. Todo lo demás ya era obvio porque ya se sabía desde los 6 años que era imposible que la más linda del grado (que ahora eras vos) guste de mí y solamente quedaba que todas rieran hasta que yo no tenga más sangre en los piés porque esté toda dando vuelta' entre mis cachetes y mi frente; y me infle como un globo; y que el viento me arrastre hasta quedarme atorado en un árbol, una nube o un farol.

viernes, 9 de diciembre de 2011

esto no es arte

aplicativo de instrucciónes, o manual del usuario; o lector: leer dandole play



hola, si ¿qué tal? che, sos muy linda, ¿no querés jugar a la ruleta rusa de los corazones conmigo? Me voy a comportar, te lo juro que me voy a comportar, que seguro le voy a caer bien a tu madre y a tu padre, aunque los dos los odiemos en complicidad y las dos cosas las vamos a hacer para que estés tranquila. Te voy a vender un niño de sonrisa inocente y en cuanto te encariñes te lo voy a arrancar de los brazos y me voy a convertir en un fogoso hombre frío y todavía voy a tener las manchas de luz en los ojos y esa va a ser la señal para que sepas que todavía te amo y te voy a arrastrar por la alfombra como una puta y yo por adentro me voy a arrastrar para compensarlo y voy a torturarme pensando si te gustará o si me vas a dejar porque te maltrato. Pero no te vas a tener que preocupar por limpiar porque después de enchastrarnos voy a limpiarlo todo con la remera sucia que voy a dejar tirada en el piso hace dos semanas porque el resfrío se me fue hace dos semanas y ya no necesité sonarme más los mocos ni mover la remera con la que me sonaba los mocos hace dos semanas. Te voy a cocinar tu comida preferida, te voy a sorprender en la ducha y te voy a enjabonar con mucha suavidad en tus partes más tensas y te las voy a aflojar porque sé que en la ducha no tenés forma de escaparte y antes de saberte entregada voy a recorrerte con besos, o con la lengua, y en cuanto estés entregada te voy a dar la espalda y pedirte que me pases el jabón por ese grano que me salió en la espalda por usar mochila en verano o me voy a tirar un pedo de esos que en la ducha siempre huelen peor, pero tu comida favorita me va a salir riquisima y la vamos a acompañar con helado de crema del cielo y pistacho y vamos a ver una pelicula de Tarkovski y me voy a hacer el que sabe para saber por un rato que ahora no podés darme vuelta con dos palabras y hacerme sentir un tonto como siempre lo haces cada vez que das vuelta todo y me convencés que el que lo da vuelta todo siempre soy yo. Te voy a pedir que te vengas a vivir al campo conmigo, que seas la madre de mis hijos, que me amamantes con tu leche, te voy a empezar a construir un castillo y en cuanto lo termine vos vas a poder esperar a tu principe azul en la torre más alta y yo sólo te voy a pedir un balde para que la sangre que salga de mi corazón no manche más el piso y me voy a dejar morir por gotas para que tu principe azul, que voy a ser yo, nunca llegue; porque voy a preferir siempre ser más un dragón más que ser una mentira y hasta que un día bajes de la torre y caminemos por los prados sembrados de albaca y berros de agua que van a crecer en nuestros estanques llenos de sapos que, del otro lado de la ventana, te voy a ver besar uno por uno, buscando vaya a saber yo qué, todas las noches que nos peliemos porque queramos entendernos y siempre sea imposible, porque entender siempre va a ser imposible y siempre lo vamos a intentar lo mismo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sin sabiduría si por facón fue el temblor que el piso le hizo pa' romper el bailongo. Más a los tientos cargaba el jabón de los otros que le habían dado su sangre. Y en deuda sin contrato su recado era el de no andar regandola poraí. A la cuenta que un poco obligao había dado a pie, por hacerse el bagualón entre los compadres, entrar a ese ranchear al que todos iban pa hacerle la cama a un alguien y con suerte conseguir alguna cachucha. A jugar a manganeta pa sacar por tarja, aunque se confunda el amor con el engaño, deso se hablaba por esos años aunque naide lo diga. Jedetina que por largo se carga de tanto querer dar gatazo sin realmente quererlo. Ladeada se encontró la busca de una querendona. En esos andares sin poca confusión y pa toda la vida, quedado de mojón salió pajuera del boliche sin andar con el cargar de una muchacha ni un puñal en sus tripas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Mi postura (o todavía tengo refugios)



Mi postura es el amor, y eso me mantiene débil, así no me quiebro, pero me expando.
Mi postura es la salud, y eso me mantiene silencioso, así no me digo, pero me siento.
Y son la misma cosa.

Es el camino que encontré para andar en esta montaña árida que soy; en la que sólo crece miedo al rechazo, que me hace mudo, y un amor propio, que me hace sordo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Mi encuentro con el poder



Fractales transpiraba el suelo, así me encontré con mi primer lugar de poder. Digo primero, porque había algo de distinto, esta vez alucinar no tenía nombre. Me senté en el cajón y vi las piedras brotar del cemento. El libro se cerró rápido, y la vista se perdió en la esquina, poco pasó antes de que aparezca el aliado. Fue distinto, esta vez no me consumí en el miedo, aunque poco me hubiera costado mearme encima, así y todo no tuve espasmo y mis ojos se mantuvieron al margen de mirarlo. Ahí entendí eso de lo intenso de conectarse con la tierra, o pensé, porque pensar me permitía no perderme, seguir cargando todas las voces que visitaron mi historia. Y así regulaba la fusión que se daba en el horizonte, o la transfusión, ya no sé. Y el otro, de la vereda de enfrente, seguro mirandome, haciendo ruidos con los pies, amenazando mi temple, lo sostuve mientras sostenía la grieta que había generado en el mundo, una fisura por la que entraba la maravilla, una paz en imagenes, en patrones de hojas con verde de primavera alumbradas por un farol. Pero su apariencia era tan real y mi mundo una maravilla, que cuando escuché el ruido del seguro, y lo sentí en todo mi margen derecho, apuntandome de muerte con su pistola reglamentaria, seguro a la cabeza, dandole rienda suelta a todas las perverciones de su vida-muerte-policía. Duro largo ese rato. Consulte con mi muerte, a la izquierda, el sudor frío de un autodidacta que juega con la muerte pero todavía le teme me movió de posición, relajadamente, y el viento fresco de haberme movido cosio el mundo sin mucha complicación. Todavía no, decía mi consejera. Quieto me quedé, y el aliado empezo a acercarse a mi rango visual, pero alejandose en la distancia, yendo a la fisura que había reabierto, desviando sus balas. Me preocupé por no enfocarlo, no podía enfrentar un poder en mi primera batalla, o la segunda o tercera si lo pienso bien. Pero mi primera conciente, supuse que llevaría años aprender ese arrojo. Lo vi marcharse y me tranquilicé, me sentí muy importante de haber sobrevivido al encuentro con un aliado, y en cuanto me llené de orgullo, dió la vuelta y empezó a caminar en mi dirección. Alguna vez vi serpientes bailando en el fuego, fractales, o auras mandalas desprenderse de hombres de naturaleza, pero la imagen del oficial caminando-flotando, plano e inmutable, en un fondo fractal, fue la experiencia más excitante de mi vida. Con calma sostuve mi enfoque en el mundo agrietado, casí desvanecido, viendo a través del mundo. Pero el oficial se acomodó, y volvió a hacer ruidos más intensos. De la esquina en la que habitaba mi vista apareció un perro y me tranquilizó su andar, mirandome fijo a los ojos. Pero ya enfilado hacia mi, el oficial con unos chasquidos lo llamó y lo perdí de mi campo visual. Como apareció se fue y los pasos caminaron por atrás de mi espalda. Lo sentía cada vez más cerca de mi izquierda, y giré levemente, para no dejar que su toque sea el toque de mi muerte. No estuve muy lejos de perder el control, intenté convencerme que saber que no existía alcanzaría para desvanecerlo, pero bien real era. No estuvo muy lejos de rozar mi hombro, mi vista no se había movido nunca del foco, pero la claridad con la que percibía mi oido tenía detalles tridimensionales muy precisos. Volvió a cruzar, y al rato llegó mi colectivo, fue un alivio por un momento, pero resultó ser otro ramal y en vez de subirme, con el valor más insensato de mi vida, me quedé. No pasó mucho tiempo entre ruidos hasta que vino un patrullero y se estacionó adelante mío. Nunca lo miré. Fue el último movimiento intenso, después se fue, los pasos, los ruidos, siguieron, pero nunca cerca de mi hombro izquierdo, hasta que pasó mi colectivo. Atrás mío, sentada una persona con una tos ahogada, mezclada con ronquidos y con hipo, me hizo acordar que aunque yo lo desconozca, tiene rostro mi muerte. Hoy me desperté y tuve paz por primera vez desde que dejé la facultad.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Pagar la vida con la vida

Había una vez un pibe que estudiaba para hacer puentes,


hasta que un día dijo que ahora iba a cruzarlos..





qué miedo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

mis refugios ya no sirven, porque están vacíos (o el primer amor)

Lo cierto es que caló hondo aquella estrella, mis ojos se acostumbraron a ver lejos y preciso. Las ramas, los árboles, los abrazos, y dedos los tactos, o su voz; que hasta me aprendió a ser antento al oído, y al sueño. Tanto salto de flote, tanto de hondo que ya no es ni hondo, no sé si será de alto, o ancho o de qué, ya no sé que es eso de las dimensiones, de lo lejos o cerca. No sé dónde dejé mi refugio y si supiera lo que es el tiempo tal vez podría decir cuando.

domingo, 23 de octubre de 2011

gemir (o el pulsar del orgón)

y entonces nos revolcamos en babas y dientes, en latidos punzantes y placeres sin tiempo, brotamos manantiales en nuestras tierras, descubrimos un fuego lento, sembramos nuestros campos, rompemos el dolor con suspiros; que quiebran lo sagrado. Y ya no nos importa recuperar la palabra; matamos el amor y nos devoramos a nuestros niños, incendiamos todos los velos de la existencia, escupimos en la muerte y nos damos a la nada. Hacemos arena con las piedras de los amores, estallamos el vidrio y la liberamos de los relojes de manera deliberada. Me sostengo de tu hombro, anclo mi boca en tus muslos y me arrastro por tu sexo, me apuro con tus dientes, que desgarran mis muslos en fibras rojas, finas como pelos que me entran por la comisura de los labios; pelos que ya no se si son míos, tuyos, si son de nadie, y se alisan con alientos, y se enrulan en gemidos. Encuentro un encuentro donde los plexos se encuentran hechos sopa, un lugar donde me detengo y me alimento de tu cuerpo, saco un río de la fruta y lo recorro con mi lengua, y es mi último sustento, en los temblores y los pliegues de las sábanas, y las carnes; y lo mismo me pierdo, en un espasmo que me rompe las fronteras. Me busco un ojo, lo siento nacer desde la punta de mis dedos, en mis pies, por mis piernas, me ata en mi vientre y me retuerce la cabeza, encuentra la mirilla de tu cuerpo, que titila, fogonea; que me muestra un camino, un lugar en donde el dolor no existe, un punto de cocción para la vida, un desborde en el vacío. Y es un primer paso en mi último grito de silencio, desmorona las casas y las paredes se pierden con el cielo, ya no tengo cabo ni rabo, sólo un vaivén de pulso acelerado que bombea en la nada y cosquillea en mi cuerpo. No hay sueños abiertos, ni racimos, ni cortinas, ni inmensidad, sólo expansión y no hay promesas, ni lo nuevo o lo viejo, desencuentro de lo conocido y aires que resoplando de tu boca y entrando por mi oreja que resopla por mi boca y penetra en la base de tu cabeza, nos pierde o nos encuentra; nos detiene en cordones de sal, brindamos nuestro nacimiento piel adentro. Murmullan los fluidos y no me espera ni mi muerte, quizás no haya sombras en los rostros ni nombres amables, inexorables pupilas dilatadas, vapores, cortinas deshilachadas, sorbos, lamidos, estruendos; dejamos, sin ninguna delicadeza, que la tierra nos vaya tragando, en la caída, en un precipicio de efervescencia, cruda, enarbolada. Me pasmo, me despalabro. Nos despedimos con la vida, la llenamos en el último respiro y la exhalamos por el vientre. Se expande, explota y se relaja, y el tiempo detenido se resurge del gran estallido, las gotas caen de los toallones que retorcemos al salir de la ducha y de esa siembra crecen los colores y los mares y todo lo que nos queda por hacer es volver a nacer; encontrar nuestras partes, podemos regalarnos el olvido, estamos diseminados en un agua eléctrica que todavía vibra, no hay ejército, genética, historia, no hay nosotros, no hay nada; somos testigos, lo tenemos todo.

jueves, 20 de octubre de 2011

entre tantas manchas escondía un ojo


Quería salirme del tiempo, de la rutina, de los trabajos, de las familias, de los amigos, de los decires, de todos los escudos y de todas las armas, de todas las memorias; de todos los enamoramientos y de todos los odios, de todos los ejercicios, de todo lo aburrido y de todos los entretenimientos, de todas las subjetividades, de todas las soledades, de todas las formas, de la solemnidad que habita hasta en comprar el pan en la panadería; pararme frente a todas las fuerzas y darles la espalda a todos sus mundos en un salto sin ningún miedo, con la única confianza que da el oído. Quería despedazarme la garganta y el sacro, quería que amar fuera lo cálido y cándido; quería destruir el asfalto y desordenar el adoquín, quería una creatividad sin relojes, quería las palabras que no eran mudas, quería al ser y la verdad escapando de todas las cárceles de papél y a los árboles sin cicatrices. Quería darme, quería darte un darme por completo. Quería elefantes sin cementerios y sin zoologicos y delfines sin collares. Quería que un ojo, un agujero negro o un beso fueran lo mismo, y que todo sea lo mismo. Quería que nada pueda convencerme y saber que lo que quería lo encontré y quería olvidarme que ya no, que se fue.

martes, 18 de octubre de 2011

a veces soy todo mi amor
y a veces me dejo ser todas las represiones del mundo a mi amor

martes, 4 de octubre de 2011

Haiku

Despertar; el amor
siendo un sueño,
no una fantasía.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Aprendí a curar con las manos en la ilusión de ayudarte a que no tenga más que dolerte el tiempo. Tenía la fantasía que con la paz dejarían de corrernos los fantasmas del maltrato. Pero querer dar a cualquier precio no es dar, también es quitar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Me empieza que ya ni me existen lo qué está bien y qué está mal.
Sin ni sonar la bocina el amor le pasó por encima a la moral.

jueves, 22 de septiembre de 2011

No soy raro

(...)-Bueno, de acuerdo, pero antes le voy a contar lo del métro a Bruno. El otro día me di bien cuenta de lo que pasaba. Me puse a pensar en mi vieja, después en Lan y los chicos, y claro, al momento me parecía que estaba caminando por mi barrio, y veía las caras de los muchachos, los de aquel tiempo. No era pensar, me parece que ya te he dicho muchas veces que yo no pienso nunca; estoy como parado en una esquina viendo pasar lo que pienso, pero no pienso lo que veo. ¿Té das cuenta? Jim dice que todos somos iguales, que en general (así dice) uno no piensa por su cuenta. Pongamos que sea así, la cuestión es que yo había tomado el métro en la estación de Saint-Michel y en seguida me puse a pensar en Lan y los chicos, y a ver el barrio. Apenas me senté me puse a pensar en ellos. Pero al mismo tiempo me daba cuenta de que estaba en el métro, y vi que al cabo de un minuto más o menos llegábamos a Odéon, y que la gente entraba y salía. Entonces seguí pensando en Lan y vi a mi vieja cuando volvía de hacer las compras, y empecé a verlos a todos, a estar con ellos de una manera hermosísima, como hacia mucho que no sentía. Los recuerdos son siempre un asco, pero esta vez me gustaba pensar en los chicos y verlos. Si me pongo a contarte todo lo que vi no lo vas a creer porque tendría para rato. Y eso que ahorraría detalles. Por ejemplo, para decirte una sola cosa, veía a Lan con un vestido verde que se ponía cuando iba al Club 33 donde yo tocaba con Hamp. Veía el vestido con unas cintas, un moño, una especie de adorno al costado y un cuello... No al mismo tiempo, sino que en realidad me estaba paseando alrededor del vestido de Lan y lo miraba despacio. Y después miré la cara de Lan y la de los chicos, y después me acordé de Mike que vivía en la pieza de al lado, y cómo Mike me había contado la historia de unos caballos salvajes en Colorado, y él que trabajaba en un rancho y hablaba sacando pecho como los domadores de caballos...
-Johnny -ha dicho Dédée desde su rincón.
-Fíjate que solamente te cuento un pedacito de todo lo que estaba pensando y viendo. ¿Cuánto hará que te estoy contando este pedacito?
-No sé, pongamos unos dos minutos.
-Pongamos unos dos minutos -remeda Johnny-. Dos minutos y te he contado un pedacito nada más. Si te contara todo lo que les vi hacer a los chicos, y cómo Hamp tocaba Save it, pretty mamma y yo escuchaba cada nota, entiendes, cada nota, y Hamp no es de los que se cansan, y si te contara que también le oí a mi vieja una oración larguísima, donde hablaba de repollos, me parece, pedía perdón por mi viejo y por mí y decía algo de unos repollos... Bueno, si te contara en detalle todo eso, pasarían más de dos minutos, ¿eh, Bruno?
-Si realmente escuchaste y viste todo eso, pasaría un buen cuarto de hora -le he dicho, riéndome.
-Pasaría un buen cuarto de hora, eh, Bruno. Entonces me vas a decir cómo puede ser que de repente siento que el métro se para y yo me salgo de mi vieja y Lan y todo aquello, y veo que estamos en Saint-Germain-des-Prés, que queda justo a un minuto y medio de Odéon.
Nunca me preocupo demasiado por las cosas que dice Johnny pero ahora, con su manera de mirarme, he sentido frío.
-Apenas un minuto y medio por tu tiempo, por el tiempo de ésa -ha dicho rencorosamente Johnny-. Y también por el del métro y el de mi reloj, malditos sean. Entonces, ¿cómo puede ser que yo haya estado pensando un cuarto de hora, eh, Bruno? ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? Te juro que ese día no había fumado ni un pedacito ni una hojita -agrega como un chico que se excusa-. Y después me ha vuelto a suceder, ahora me empieza a suceder en todas partes. Pero -agrega astutamente- sólo en el métro me puedo dar cuenta porque viajar en el métro es como estar metido en un reloj. Las estaciones son los minutos, comprendes, es ese tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, y he estado pensando, pensando...
Se tapa la cara con las manos y tiembla. Yo quisiera haberme ido ya, y no sé cómo hacer para despedirme sin que Johnny se resienta, porque es terriblemente susceptible con sus amigos. Si sigue así le va a hacer mal, por lo menos con Dédée no va a hablar de esas cosas.
-Bruno, si yo pudiera solamente vivir como en esos momentos, o como cuando estoy tocando y también el tiempo cambia... Te das cuenta de lo que podría pasar en un minuto y medio... Entonces un hombre, no solamente yo sino ésa y tú y todos los muchachos, podrían vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana...
Sonrío lo mejor que puedo, comprendiendo vagamente que tiene razón, pero que lo que él sospecha y lo que yo presiento de su sospecha se va a borrar como siempre apenas esté en la calle y me meta en mi vida de todos los días. En ese momento estoy seguro de que Johnny dice algo que no nace solamente de que está medio loco, de que la realidad se le escapa y le deja en cambio una especie de parodia que él convierte en una esperanza. Todo lo que Johnny me dice en momentos así (y hace más de cinco años que Johnny me dice y les dice a todos cosas parecidas) no se puede escuchar prometiéndose volver a pensarlo más tarde. Apenas se está en la calle, apenas es el recuerdo y no Johnny quien repite las palabras, todo se vuelve un fantaseo de la marihuana, un manotear monótono (por que hay otros que dicen cosas parecidas, a cada rato se sabe de testimonios parecidos) y después de la maravilla nace la irritación, y a mí por lo menos me pasa que siento como si Johnny me hubiera estado tomando el pelo. Pero esto ocurre siempre al otro día, no cuando Johnny me lo está diciendo, porque entonces siento que hay algo que quiere ceder en alguna parte, una luz que busca encenderse, o más bien como si fuera necesario quebrar alguna cosa, quebrarla de arriba abajo como un tronco metiéndole una cuña y martillando hasta el final. Y Johnny ya no tiene fuerzas para martillar nada, y yo ni siquiera sé qué martillo haría falta para meter una cuña que tampoco me imagino.(...)

viernes, 16 de septiembre de 2011

eso de las carreras

Tengo la sospecha de que miedo da saber, de cualquier forma, que exista el futuro. Qué personaje más siniestro el adivino, qué juego esperpento el del bicéfalo. No hay quimera en la risa, si tiene la forma de la caja donde se guarda la ronda del tiempo. La libertad es nuestro futuro asegurado, la libertad es paradójica.

domingo, 11 de septiembre de 2011



Buscar en la espiritualidad es despertar, estar siendo mi propio gurú, madurar mi fé en la vida y darle a la mente el lugar que en el cuerpo le corresponde;
Buscar en mi psiquis es vivir para vivir erotizando mi vida, germinando el yo en las tierras del ello;
Buscar en la palabra es ser llenándome de significado, deshacerme de las redes de significantes vacíos y anclarlos en la sinceridad más pura;
Buscar en la economía es desalienarme, independizarme, abandonar la ilusión del sujeto en diálogo infantil con todos sus opresores;
Buscar en la salud es sentirme placer, encontrar mis dolores y dejar de evadirlos, sentirlos en la visión desjuiciada que todo lo limpia y lo cura;
Buscar en el arte es hacer, darme un nuevo ser en cada acto, vivir artisticamente para despegarme de todo el dogmatismo que hay en el reconocimiento;
Espiritualidad, Psiquis, Lengua, Economía, Salud, Arte; son todas formas que encuentro en un mismo arquetipo que es la vida misma.
El amor es buscar sin pensarlo, sin reprimirlo, sin decirlo, sin necesitarlo, sin dolerlo y sin reconocerlo; porque el amor es que haya encuentro.

martes, 6 de septiembre de 2011

Me vuelvo poeta para que sólo la poesía sepa mi nombre.
Elijo una musa sin tiempo.
Con ninguna distancia,
y como puedo sin silencio.
En mí-mente, con su lógica-mi-mente; es un proceso de liberación.
En otro lado en mí-cuerpo revienta en mi pecho,
y mancha con amor a todo mí-mundo.
Curioso es mi lenguaje,
tiran fuertes los nudos de la garganta.
Lo veo en el dibujo que soy,
en el mapa de mi cuerpo.
Hay autopistas entre mi boca
y algunos lugares de mi cabeza.
Lo que me hace feliz es saber que mi poesía sabe su nombre.
Aunque mis labios no sepan pronunciarlo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿y si aprendiera a curar con las manos?
valdría la vida viviendo gateando

martes, 30 de agosto de 2011

domingo, 28 de agosto de 2011

pasajero (o el mito de prometeo)

Juntó en brasa, hollín, fuego y ceniza la leña con la que jugaba sin atino de distraído. Habría de empezar repiqueteando o restregando las cortezas, quizás el calor le causaba encanto. No podía buscar más que eso, porque no mucho más que eso conocía en esa acción. Si, el calor era palabra y venía del cielo, el frío se sobrellevaba, pero esta vez en la comodidad Prometeo se producía. Era uno en su acción y su mundo, con sus brazos, y uno también en los brazos del bienestar. ¡Qué acción! Tan hermosa, tan simple e impiadosa. ¿Qué podía saber tan curioso hombre en su construcción en tal destrozo? Y algo hubo de inventar ese ser que de los dedos le crecen uñas, pelos de la cabeza y palabras de la mente. Al tiempo que los brazos construían fuego, con leños y energía, las palabras se construían con ventura, risa y estropicio. Tamaña contradicción para un hombre tan pequeño. Y si suerte tenía de ser uno solamente, en-si-mismo; tal vez la ocasión más que en el mito no le tuvo reparo. ¿A quién más que a sus dioses podría haberse encomendado esta confusión con suerte de regalo? Evidente se hizo que si mito había, de amor ya nada quedaba y de eso hay que darse por enterado. Reflexionando angustiado se habría levantado; lo que a los dioses se ha desposeído ya no hay forma de devolverlo, se dijo interprete del mundo que por mente había estructurado. Ya del fuego no quedaba la alegría; más si bien había calor, de hilaridad se lo estaba pintando. Los colores ya todos deben conocerlos, aunque algunos no lo sepan. Más bien se parece al suelo que pretendemos estar pisando, sin sentir ni uñas, ni dedos. Esa base invisible sobre la que decidimos inventar el tiempo. O bien, la silla sobre la que damos por sentadas todas las contradicciones con las que nos elegimos sentirnos exhortados. Es bien conocido mecanismo para mecanizarnos, aunque haya quienes pretendan naturalizarlo, bien todos sabemos vivir con un apetito de principios con identidades; de seguro nuestros deseos no pueden trascender lo que somos. Tal vez si supieramos tener manos como única abundancia o pretender explorar, de la forma que sea, el principio del placer sin saber que tiene nombre, para no confundirlo. Es para mi un bochorno tener que aclararme que explorarlo es sentirlo, pero tan empuñado me tiene el mito que buen ejercicio es decir sin juzgar el rubor. Sentirse penetrado por el mundo y saber que se sigue acción, tal vez sea verdad en todo sentido. Porque la verdad aunque esquiva concurre en cada instante y a cada paso, no importa que el paso sea volante, más no por eso me pretendo entresacandome en la desición de ser menos, ni cargando con proyecciones a un futuro.

martes, 23 de agosto de 2011

Sat-Nam

Abrir palabras, encontrar arquetipos;
Abrir arquetipos, encontrar amor;
Anuraga Bhava
Me desapropio de las particularidades
para serme propio, porque soy-mi-todo


Creo que amo, si es que amar es
la inmediatez del aire ante mis ojos,
el respiro en mi ceguera, con todo;
y sabiendo sólo todo de la nada.
El paso se rompe y no deja nada para armar,
para aprender y por aprender; nada, nada de saber,
observo significantes corriendo sobre significados sin tiempo;
cómo pájaros, o sinó libélulas -que son más livianas e igualmente libres-;
duelo, siento, rio, río y rió, desato la garganta y me levanto.
Me embebo en esto y me adelgazo, ahora
me siento la membrana inexistente entre un adentro lleno de árboles
y un afuera habitado de miedos, alegrías y encantos.
y a todo por igual y por eso le canto al camino,
abrazando a toda compañía.
Con el pasto entre los dedos
y tocando el cielo con las manos

miércoles, 17 de agosto de 2011

De viaje por mis campitos santos.

Y la pregunta siempre es clara ¿Hasta cuánto puedo verme en un actor de mi mismo? Y es clara, por momentos, porque sino no sería pregunta y sería ahora. Que una emoción u otra, de puro libreto, a qué es a lo que el-sujeto se muestra aferrado. (o bien, juntar latas vacías para hacer una estatua nunca empezada, el hobbie de mi infancia). ¿Qué se le quiere ganar a esta vida? Como si hubiera una única forma de consumir este paso. Pero, y a fin de cuentas ¿Cómo es que existe perdido andando su propio camino? Si caminar esta vida, es la vida en si misma, ¿Por qué caminarla con los ojos cerrados?

lunes, 15 de agosto de 2011

o tal vez no, tal vez

Cuando todos los mundos se mueven desconocidos ni uno se escucha diciendo ahí no, o vení acá, como para moverle muesca a los latidos. Tampoco es que vea llave para el olvido, pero si con el decir de lo que pienso me dicen que es puro sonido, mejor no digo nada, pensé que todos lo sabíamos. Es otro mi embargo, tanto miedo tengo a perderme que me prefiero perdido, tanto me quiero conocido que me pinto de extranjero. Y eso no quita ni un poco la tierra en que devengo, con el encuentro todavía haciendo olas en el cielo.

sábado, 13 de agosto de 2011

cuentecitos de amor desencuentado

La distancia entre decir y sentir es cada cigarrillo que me fumo.

domingo, 7 de agosto de 2011

despertar (o la pregunta por el ser)

De sordo paciente a la larga se aprende a escuchar. Escuchá a tu corazón, dicen. Finalmente dejé de pedirle palabras y escuché, ya no lo que quería escuchar, sinó lo que el corazón habla, escuché y lo único que tiene para decirme son susesivos latidos, aritculaciones de fonemas, la forma más pura de apócope; tu-pum tu-pum. Y lo empiezo a entender, entiendo que el corazón siempre dice lo mismo y dice lo mismo que dice la muerte; ahora estás vivo ¿Qué más?

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cuento de amor.

Ella no existe, es un producto de mi imaginación

jueves, 28 de julio de 2011

Pero si hasta el más adulto de nosotros es un niño de remanso, en algún lado sabiendo que tan sólo es un resalto en la acción de su capricho. Como corriendo atrás de un bicho que tenemo' en la cabeza; y la bocha juega por una punta, estamos siendo posesión, somos el mundo de un deseo de desear por sobre todos los deseos. Así ves que estamos toda la vida abriendo cajas vacías, llenas de sílabas ¿Cuál es el dolor que nos conmueve en este fetiche? o la que se me ocurre ultimamente, que tal vez nunca aprendí bien a mover los pies y no quiero soltar la mano. Pero en definitiva esto no hace diferencia en sentir verdadero todo cuanto la extraño.

sábado, 16 de julio de 2011

no se que es la dialéctica

martes, 5 de julio de 2011

profundar

En el sueño atravesaba su jardín, el de una casa tan grande que me hacía chico, con pasto de hoja gruesa y que sin saber la dirección no tuve ningún problema para encontrarme adentro. Toda mi intensión estaba y era sabida de encontrarme con ella, encontrándola en una edificación al fondo. Pero para llegar tenía que cruzar una pileta grande y profunda en la que nadaba, o vivía, un oso polar. En mi sueño el oso era su mascota; mi fé era en la naturaleza. Sin importarme el frío atiné a cruzar la pileta sin ver el fondo, mientras me distraía el oso que entre tanto cruzaba atinó varias veces a morderme y zarparme con las uñas. Pero crucé y con el cruzar me encontré en un quincho vacío. Del otro lado de la pileta, mi perro, que asomaba todo el tiempo a cruzar conmigo. Le grité a lo lejos, estaba seguro que el oso se lo comería. Se cayó al agua y ahora no me acuerdo si no le pasó nada o si logré sacarlo a tiempo. Los sueños son fractales y en cada detalle se construye un mundo nuevo. Pero ella estaba del otro lado, del que yo venía, en un cuartito con el seño enojado preguntandome que era lo que yo hacía, ahí. Y mis balbuceos, los del que tiene fé sin palabras que le entren. Y el no quiero verte, tan firme y seguro haciendo de la fé el juguete de un niño. No me costó ignorarlo, en seguida lo ví a mi perro caminando sobre cubiertas de goma espuma que flotaban sobre la pileta, pronto a ahogarse con el oso. Fui a sacarlo y guardé una por una las cubiertas en el cuarto del fondo. Volví para adelante, crucé una puerta balcón que daba al jardín y la encontré en una habitación contigua a la cocina, su cara no había cambiado. Que yo era feo, que mis ojos de no se qué, de un no se qué desganado, que ni fuerza para sacarle gritos tenía. Miré en la cocina, estaba mi familia. Qué podía contestar, si estaba de acuerdo en su respuesta, sin importar que mi pregunta era otra. Que no me importaba su casa, sus gritos o mis ojos. Y al lado suyo sentado un el, tan bien laburado de revelde que ni un asome tenía del dolor que escondía. Y yo, que no soy más que una torpe invitación al dolor que somos, como si fuera poco. Me di vuelta humillado. En la cocina estaba mi familia, sin notar lo que pasaba, sin darse cuenta ni siquiera que esa no era su cocina. Otra forma infantil de ignorar el dolor. Y yo, al lado, al son de la salsa, mirando de reojo. Sin hacer nada, siempre tan infantil. Haciéndome el boludo, jugando a Cristo. Pero esta vez con el dolor a flor de piel. Y me desperté pensando que capaz me quise decir algo; Si sos tan gallito, el dolor fumatelo vos solo.


Me dejó una sensación de profunda soledad este sueño, una soledad más profunda que de profundo tiene el dolor. Es tal la sensación que refunda el significado de profundidad. Es una profundidad medular, sobre la cual se construyen todos los arlequines que la distraen. Todos los personajes que encarno para relacionarme. Es capaz el mayor grado de sinceridad que haya podido tener conmigo mismo. Duele tanto que asoma a libertad y me demuestra el abandono. Me ví solo en el dolor que significa ver que somos tanta gente dolida, y nadie dispuesto a compartir su dolor. Porque es sencillo; sin médula no hay amor, sin llegar a ese nucleo de corteza endurecida que es nuestra condición humana, no hay comunicación, no hay ninguna unión. Pero en este mundo mercantíl, ante la mínima sospecha del dolor, la primera reacción es el abandono. No hay fé en el compromiso, y es entendible, si desde que nacimos nunca conocimos a alguien comprometido con nuestro dolor. Mi intensión es la de seguir doliendome, para que mi fé madure. Para que pase de ser el juguete de un niño a herramienta del hombre.

miércoles, 29 de junio de 2011

¿y entonces el amor?

Si el amor tuviera objetos, no sería más que la sublimación de la que habla el barbudo lector de mentes; y entonces ahí si sería verdad que tendría dirección o tiempo. Sería eso que pensamos cuando de amor no supimos nada. La unión obligada de una subjetividad alienada. El pecho negado de la madre, el arrebato en la caricia del consejo del padre, los brazos sofocantes de ella, cuando mi estómago ya estuvo lleno y sería también cada golpe expiandor de él, cuando la pisada era aprendizaje. Susurrando eternos, en eterna dependencia, al amor su destino. ¿Y cuánto de distinto hay en eso con la posesión, el titulo nobiliario, la mercancía o la producción?
Pero es tanto más que eso, nuestra sintesis insuperable, que es el final de la dialéctica y el fin de comprenderla. La del observador que es lo observado. Una vista que al fundirse los ojos en el cuadro, ya sin ver no deja ni restos del marco.
Porque de amar, sería amar dar, sin esperar ser amado; para ser amor. Y de ser amado, sería ser amado recibir; para dar, también, ese ser amor a otro que ama, para que no tenga que amar a algún otro de este lado. Para que ser amado sea amar y no esperar. Y el amor sería amor y libertad. Y entonces no sería yo un quién te ama porque te necesita. Y sería entonces yo un quién te necesita porque te amo, por el mismo amor que sin forma de amar es amor dando forma. Amor dandole forma al amor que somos en condición humana, sería.

martes, 28 de junio de 2011

Sobre los pechos de mi madre, me hiciste estar confiado

viernes, 17 de junio de 2011

porque somos instante

Nunca tuve la necesidad de llamarme, aunque tantas veces lo sigo haciendo. Soy el germen de la historia y germino para hacer historia de la historia. Soy pequeño, un habitante de este planeta, soy un mundo en este un mundo de materia. Soy materia en la materia y no sólo; soy materia en condición humana. Soy la condición de todas mis palabras, así me dice el aprender en la militancia de la vida. Hubo veces me detengo en una y en otra lucha, en la del dolor que termina en viejo y la del miedo que termina en niño. Y entonces soy el fragmento que significa haber sido mordido por tanta memoria. Pero soy tanto de eso como de desierto tengo en el oasis que soy, y cuando no necesito de mi más que ser, también soy la nada.

domingo, 12 de junio de 2011

educandonos

KRISHNAMURTI: ¿Qué significa la palabra comunicación? Usted y yo tenemos algo en común. Común implica compartir.

S: ¿Cómo es posible compartir?

KRISHNAMURTI: Espere. Estamos usando el tiempo para comunicarnos; ‘común’ implica que ambos queremos comprender, examinar, compartir juntos una cuestión. Ni yo doy ni usted recibe, sino que compartimos. De ese modo se ha establecido una relación sobre la base del compartir. No está usted sentado sobre la plataforma y yo en el suelo. ¿Qué ocurre realmente cuando usted comparte un problema como el dolor de los seres humanos? Eso es algo tremendo.

S: Yo puedo comprender eso con respecto a las profundas emociones personales, pero con una idea no es posible.

KRISHNAMURTI: ¿Qué objeto tiene compartir ideas?

S: Compartimos el discernimiento.

KRISHNAMURTI: Lo cual es comprensión. Pero las ideas no son la comprensión. Al contrario, las fórmulas acerca de la comprensión impiden la comprensión. Señor, cuando usted comparte algo con otro, ¿qué es lo que ocurre? Ambos lo hacen a la misma intensidad, al mismo tiempo, al mismo nivel. Eso es amor. De otro modo no existe el compartir. Después de todo, para que podamos comprender algo juntos, yo debo olvidar todas mis experiencias, mis prejuicios, y lo mismo ha de hacer usted. De otra manera no es posible compartir.
¿Ha discutido alguna vez con un comunista, o con un católico?

S: Trato de comprenderlo.

KRISHNAMURTI: Pero él no lo comprenderá a usted. Eso es simple. Tome a Teilhard de Chardin. Él puede haber viajado extensamente, puede haber abarcado un amplio campo de investigación, pero estaba fijo como católico. Usted no puede compartir con alguien que permanece fijo. Compartir implica amor. ¿Puede amar un hombre que está fijo en determinada actitud?

S: Puede tener experiencias místicas.

KRISHNAMURTI: Porque esta condicionado. Él ve a Krishna o ve a Cristo. Ve lo que quiere ver. La cuestión es si la mente puede descondicionarse. No a través del tiempo, porque cuando la mente usa el tiempo para anular al tiempo, sigue estando dentro del tiempo. Y la verdadera comprensión está fuera del tiempo.
Hay muy poco para amar, para compartir. Pero hay abundancia de lo otro. (Pausa)
Señor, aquí formulamos la pregunta: ¿qué es la meditación? ¿Puede la mente estar libre de todo su contenido, ya que la conciencia está constituida por lo que contiene?

M: En la comunicación, ¿es posible que dos personas lleguen juntas a dar con ideas que ninguna de esas personas hubiera podido tener independientemente?

KRISHNAMURTI: Cuando dos personas se reúnen, ¿qué ocurre? Usted expresa algo verbalmente. Yo lo oigo, lo interpreto y contesto a ello; eso es la comunicación verbal. Y en ese proceso intervienen algunos otros factores. Usted no expresa claramente lo que quiere significar; yo le oigo, le entiendo parcialmente y le respondo parcialmente. Así la comunicación queda interrumpida. Si usted expresa algo con mucha claridad y yo le escucho sin ninguna reacción, entonces hay comunicación inmediata.
¿Puedo expresarlo de otro modo? A causa de que no sé lo que es el amor, quiero que usted me ame. Pero cuando sé lo que es el amor, nada quiero y por lo tanto, puedo comunicarme con usted.
Pero usted formula una pregunta más: ¿hay en absoluto necesidad alguna de comunicación? Necesidad en el sentido de que mediante la comunicación yo descubro algo más, descubro algo nuevo. Como el violinista que utiliza su instrumento como un medio de conquistar renombre, al contrario de aquél que hace música sin ningún otro motivo ulterior.

S: Ni para bien ni para mal.

KRISHNAMURTI: Sí, como una flor tómela o déjela: porque a través de la comunicación descubrimos algo juntos; y cuando no hay comunicación, ¿puedo descubrir algo sin verbalizar?
Cuando usted y yo tenemos un interés común e intensidad al mismo nivel y al mismo tiempo, entonces es posible la comunicación no verbal. No tengo necesidad de decirle ‘yo te amo’.
Pienso que estamos muy atrapados en las palabras, en la investigación puramente lingüística, semántica. La palabra no es la cosa. La descripción no es lo descrito.

jueves, 9 de junio de 2011

jediendo a margen

Largo cháguara y la verdad a gatas da para tabaco,
no importa que tan lejos eche el pial echando espuma.
Aún cuando apareciera un asome de la fajada
¿De qué la va ganar para disgustos, para sableadas, para sustos?
si mi caminar es un echarla de idioso cargado un poco de lagaña
y no es que quiera jugarla de manganeta, en eso no doy la derecha,
que no me vengan con esa macana.
Si a gatas me salgo pajuera del jabón que tengo.
Más quién quiera ver la pata a la sota
fácil ve que no soy un zarpado en chamullo,
aunque a veces eche pelos de bagualón.
Fajino a pura gambeta pa no encontrarme galgueando,
más que no soy ningún facultativo en eso de hacer repeluz.

martes, 31 de mayo de 2011

Soy el iconoclasta de mi vida, ya no tengo excusas para tanto miedo a lo sagrado. Me gustaría seguir fantaseando con que la empatía; que puedo leer la cara de la gente en la calle, los gestos, las alegrías y las frustraciones. Que todas las lecturas son la comunicación en última instancia -eso, eso que tanto necesitamos-, que no hay razón para el desasosiego. Pero es dolor cada gesto de indiferencia, cada egoísmo sufriente y es una soledad inmensa ser un mudo con oído interno.

sábado, 28 de mayo de 2011

vueltas sobre mi mismo

elegir este fin de semana para dejar de fumar es medio grunge

miércoles, 18 de mayo de 2011

basta

Hay hombres que por-su-vida no tienen más que vender su fuerza en trabajo; para quienes sus bienes, eso-la-acumulación-desenfrenadamente-huída, suplantan la vida. Hay hombres que por la supervivencia en vida, de su familia, hacen de su supervivencia erguida un destierro que es de más que un par de miles de kilómetros; haciéndole, y para hacerle, la pata ancha a su propia muerte. Pala al hombro se arropan al rayo del sol, no importa si hagia frío o haiga calor, son de los que le toca la producción ajenada, por ese dercho divino que habita en la palabra propiedad-privada. Si no es único el más libre de sus días no es ninguna alegría, mientras haiga trabajo habrá comida. Por eso que es día-diá que se hacen astillas zanjando la tierra, sin tiempo en su vida ni pa` pensar en lo propio de la muerte. Y hasta pareciera que los taita no le tienen ningún jabón.
Hay otros de esos hombres, cobardes concientes, que por hacerse ver la luz un poco más, pa` huirle a la muerte un poco mejor -en eso de idear por temor a espichar-, asumen la labor de pensarlo mejor. De raíz su semilla es la misma, toda la madera de su vida pasará por papelera. Sin embargo no por mucho pareciera que conozcan su verdad, más suelen acordar que la muerte puede pasar sin necesitar de ningún timbrar. Siempre y cuando caiga en la evitabilidad de su visita, o de encontrarse siendo de esos hombres que tanto buscan en la tele.

jueves, 12 de mayo de 2011

soy lo que se debate entre un ser sin empatía y una empatía sin ser.

miércoles, 4 de mayo de 2011

eco

siempre viví en una cueva

viernes, 22 de abril de 2011

me sonaron todas las vertebras juntas, cra cra cra cra cra

domingo, 17 de abril de 2011

antagonía

mis piernas tiemblan en todos mis mundos

lunes, 4 de abril de 2011

hoy aprendi que aprender es entender que hoy es diferente

miércoles, 30 de marzo de 2011

para mí nunca fuiste más de lo mismo

martes, 22 de marzo de 2011

wu wei II

nadar, y lo demás vendrá por añadidura

viernes, 18 de marzo de 2011

laberinto

Estaba este tipo que era un emperador de la china, de ese imperio gigantezco. La cosa era que este imperio que le tocó gobernar era tan inmenso, y el tipo estaba tan ocupado gobernándolo, que nunca terminaba de conocerlo. Esto le daba un poco por las pelotas, va, debió darle bastante por las pelotas parece; porque un día no aguantó más con tanto circo y mandó a que le traigan al mejor de los poetas de toda la china. Y si bien en la china no había los mil trecientos y pico de millones de chinos que hay ahora, que había muchos, había muchos y bien disciplinados. En cuanto encontraron al gran poeta, el emperador le encargó que hiciera una poesía de todo su imperio. Pero no cualquier poemita, lo que tenía que escribir era un poema que sea perfecto, que contenga por completo todo lo que la china era. Éste poeta debió ser un gran maestro de las palabras, pero entre nosotros le deben haber temblado un poco los huevos, cuando escuchó decirle al emperador aquél que tenía cinco años para recorrer el imperio, y que si su poema no lo convencía lo iba a pasar por armas. La cosa es que pasaron los cinco años y el poeta volvió. El emperador le preguntó si había escrito el poema, y después de recibir un si por respuesta le pidió con ansiedad que se lo recite al oído. El poeta se acercó y cumplió con lo ordenado por el emperador. Y resultó ser cierto, el poeta era tan buen poeta y su poema tan perfecto, y completo, que en cuanto soltó la última palabra todo el imperio, por completo, se desvaneció. Y del imperio, del emperador y del poeta, no quedó nada, lo que se dice nada.

jueves, 17 de marzo de 2011

Lo que hace a toda la poesía la mujer pasada por un tamiz, lo que mata todo mi potencial creativo y lo convierte en el polvo que se resuelve en maquillar el ánima. Esa ideíta, que por ideíta es un laberinto fractario.

miércoles, 16 de marzo de 2011

wu wei I

Ahora no me acuerdo si me dijo Pedro o Tomás. Me contó que se toma un colectivo de Grand Bourg hasta Suárez, de ahí el tren y otro colectivo. Que tiene tres hijos y que están en el colegio. Mujercita de siete, un varón de seis y la nena de cuatro. No se cómo me olvidé su nombre, me lo dijo hoy, pero nunca me acuerdo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

una hermosa mentira

                 Parado sobre la sombra que proyecta la planicie en la cima de la montaña más alta, caminaba Chew, el anciano sin piernas, junto a Yuga, su perro, que correteaba a los saltos a un grupo de alígeros peces voladores sin alas. Después de haber pasado semanas caminando ese día, contaba Nian, el mudo, que al dirigirse hacia Jun, el río torrentoso sin agua, siguiendo el cantar de Xia, el pájaro silencioso; el perro de Chew se detuvo a oler una floresta de peonias sin aroma. Cuando Chew por descuido al caminar hollando el páramo acabó por despertar de su vigilia a la más tóxica de las serpientes sin veneno. El anciano apenas alcanzó a ver el destello de la serpiente sin colmillos, que saltó sobre Yuga. En el aereo camino hacia el perro, la serpiente se transformó en flecha, atravesándolo de morro a rabo, dándole muerte de manera instantánea. Al salir de Yuga la flecha con forma de durazno calló al suelo convirtiéndose en una nube, que en lento descenso se acomodó en lo más alto de la bóveda celeste. Continuaron su camino Chew, junto a Yuga; su perro muerto, hasta las orillas del torrentoso río sin agua. El perro muerto lo cruzó a nado mientras que el anciano sin piernas lo cruzó de un solo salto. Fue Wang, el viejo ciego, quién los vio venir a lo lejos. Fue por Wang, que Nian conoció esta historia y fue Nian quién, a pesar de mi sordera, me la desvelo en su profundidad inagotable ese día en el que contemplábamos el cambiar de los pétalos de una flor inmutable. Tal vez haya sido todo una hermosa mentira. O tal vez la mentira haya de ser esa verdad, este mundo en el que esperamos escondidos, mientras nos corren en círculos dos agujas; que al fin de cuentas se harán saber tijeras.

miércoles, 2 de marzo de 2011

abanico
maxilar
rasguño
mugido
cercena
dromedario

martes, 1 de marzo de 2011

ramas
aires
agua
calor

arlequín
bastidor

laguna
entumecido
resolana

en violeta amarillo y verde

lunes, 21 de febrero de 2011

pero para morir no había que hacer nada
y yo quería mucho más que eso,
yo quería morir para seguir jugando.

sábado, 19 de febrero de 2011

Morir y sacarse el hacha de las entrañas, siendo el espejo de toda una vida que admiró personajes bien pulidos, fragmentados al polvo. Muy elocuentes.
Darme muerte a cada instante para renacer a cada momento.
Pero sigo siendo un cómo con un qué escondido.
¿Y hablando a quién?
Para morir hay que matar.

martes, 15 de febrero de 2011

cuando un hombre se encuentra en su camino, el universo se sonrie

miércoles, 9 de febrero de 2011

Me extraña compañero, hay que volver a los origenes. Disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

sábado, 5 de febrero de 2011

la vida es lo mejor que me paso en la vida

miércoles, 2 de febrero de 2011

ese yo fundante

soy perverso, cuando no soy puro verso.

martes, 1 de febrero de 2011

verdad

hacer en libertad se llama amor

domingo, 30 de enero de 2011

la oveja negra

En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra
Fue fusilada
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Augusto Monterroso.

viernes, 28 de enero de 2011

devenir



Viajar por la selva me encamino a reencontrarme. La inmensidad de las estrellas y la claridad de los árboles, en la espesa bruma de la mañana silencian cada fantasía suicida. Ser se vuelve tan evidente que se disuelven todas las valoraciones que fueron convertidas en proyecto a través de la autodestrucción y la negación de un presente. El momento de la confesión se revela en su estado puro de confidencia absurda, estaqueada por una culpa sin sentido. Lo que se cree conocer del amor se revela sólido en el sosiego de una incondicionalidad verdadera, en la que todo sublima. La palabra paz pierde sentido. Al amor ya nada lo define ni lo condiciona ninguna idea de lo que debería ser. La posesión de los cuerpos se diluye en la pérdida del centro neurálgico, que todo comandaba desde una historia la cual todo lo que sabe es acerca de la perpetuación. Los diálogos internos se silencian. El abismo desaparece, la acción se libera de ser una lucha estimada por la especulación ociosa. Las tensiones aflojan y la doble negación deja de ser una palabra. Me comentan que esa selva, que aparece tan incontable que destruye sin esfuerzo el misticismo y se arroja más allá de toda ánima, que yo creía inhóspita a la violencia que engendra el dolor del hombre, se encuentra actualmente explorada por completo. Sondeada hasta su canto por estudios de empresas mineras y petroleras, loteada en un futuro que promete no encontrarla incluida. Pero resulta tan vasta esa experiencia -que pareciera ser mi primer contacto verdadero con el amor- que la noticia me hace sentir comprometido sin sufrimiento. Me lleno y me vacío de forma constante, grito en la cara del mundo sin que nada me quede adentro. Vomito, vacío los intestinos y escupo vómito por la nariz. Todo es apertura hacia el retorno.
Y vuelvo.
 Lo dejo ir, es que es intangible. Pero en cuanto me retiro de la inmensidad que es ese salto al vacío, se hace evidente la insatisfacción por un autonomía maniatada, que apenas es contenida por compromisos afectuosos que dudan de ser más que el producto de la culpa y del abandono. Sin embargo, ese agujero que se supo abrir susurra con la promesa de no volver a cerrar. Y con cada susurro, la insatisfacción, y todas las voces que son matices de la angustia, se pierden como un ruido mas de ésta selva de asfalto y de la depredación humana.

miércoles, 26 de enero de 2011

oir el silencioso nombre de la paz.