Me vuelvo poeta para que sólo la poesía sepa mi nombre.
Elijo una musa sin tiempo.
Con ninguna distancia,
y como puedo sin silencio.
En mí-mente, con su lógica-mi-mente; es un proceso de liberación.
En otro lado en mí-cuerpo revienta en mi pecho,
y mancha con amor a todo mí-mundo.
Curioso es mi lenguaje,
tiran fuertes los nudos de la garganta.
Lo veo en el dibujo que soy,
en el mapa de mi cuerpo.
Hay autopistas entre mi boca
y algunos lugares de mi cabeza.
Lo que me hace feliz es saber que mi poesía sabe su nombre.
Aunque mis labios no sepan pronunciarlo.
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