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miércoles, 14 de diciembre de 2011
gusto de vos
Mi bisabuela atravesando a mi abuela, que atravesó a mi mamá a través de mi papá, que atravesó a la maestra, que terminaron atravesando a esa coordinadora de catequesis, cuando la catequista nos la presentó con tanta solemnidad, y que encarnaba toda la flecha del matriarcado y no sólo la punta que yo conozco. Encima esos eran días en los que jugabamos a gustar de alguien y esconder su nombre. Pero esa felcha preguntándome en la frente, justo al entremedio de los ojos, y yo, haciendo fuerza para acordarme de ser Sebastián; pero tan sincero o estúpido, que le contesté Sofía. Si hubiera sido rápido hubiera tirado una gambeta 'sofyyyfferderico', qué herror hoportuno; pero no sabía tirar gambetas y la culpa era de los pibitos de mi grado que no me pasaban la pelota y entonces yo, más mudo que entero, decía que no me gustaba el fútbol. Lo hubiera dicho, que siempre fui un nene de mamá, pero los dedos señalando -siempre son dedos quebrados, y los dos lo sabemos; esos que donde tocan duelen-; o fue que me puse rojo y nada más. Todo lo demás ya era obvio porque ya se sabía desde los 6 años que era imposible que la más linda del grado (que ahora eras vos) guste de mí y solamente quedaba que todas rieran hasta que yo no tenga más sangre en los piés porque esté toda dando vuelta' entre mis cachetes y mi frente; y me infle como un globo; y que el viento me arrastre hasta quedarme atorado en un árbol, una nube o un farol.
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¿Y el tiempo no le dió revancha con la pibita?
ResponderEliminarEl tiempo dió otro yo, y hay veces que incluso otra pibita; la revancha siempre termina necesitando otra revancha y el tiempo, conmigo, siempre fue un mal consejero.
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