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viernes, 30 de diciembre de 2011

Congelados por tanta medida (o la ley de la esquizoselva)




El lobo muestra los dientes, el cordero dice gracias compasivo; y le pregunta '¿cómo es que pensás que este suspirar, tan mío, no vale nada?'. No se lo come, ni se muere, el tiempo se detiene, se convierte en una resonancia mórfica. Un chapusón de ondas que inundan y que construye mundos. Así se originan, en la pradera, que se hace un monte, donde hacen crecer el bosque y por último la selva; que crecen al rededor de, y por, un par lobo-cordero y un cordero-lobo; detenidos en el tiempo. Se levantan especies pioneras, pastos rastreros, ratones, arbustos, zorros rojos, arboles medianos, ciervos, gigantes añejos y cuervos, llenos de pájaros; en un orden perfectamente orquestado. La ley de la selva es el vórtice fractal generado por un lobo y un cordero que están detenidos en el tiempo porque ninguno de los dos piensa en ceder. El cordero es muy malo como para sufrir y el lobo es muy bueno como para morder. Adentro del cordero hay un lobo, que es un cordero dentro de un lobo, que es un cordero dentro de un lobo; que interactua con un lobo dentro del que habita un cordero, que adentro tiene un lobo, dentro del cual hay un cordero, con un lobo adentro, que tiene un cordero dentro, o quizás el lobo ya fue comido por el cordero o es el cordero el alimento que el lobo regurgita, es que el lobo en cuanto se dió cuenta que al cordero le generaba placer ser comido, prefirió comerse su placer, y el cordero, tan lobo, eligió que sea sin sufrimiento ofrecerse al diente.

Se midieron, la selva creció inmensurable.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

el no de la dialéctica




Dejé de arar la tierra, porque observarla era más placentero que ararla. Entonces pude dejar de usar herbicidas, porque sin revolver la tierra las semillas de la maleza no vuelven a abrirse. Entonces no necesité más pesticidas, porque donde crecen plantas sanas las plagas no aparecen. Así fue que no volví a tirar fertilizante, porque mi campo se empezó a poblar de microorganismos y la tierra se mantuvo equilibrada.

Dejé mi puesto de trabajo, porque necesitaba relacionarme con las personas y no con la explotación. Dejé mi carrera, porque ya no necesitaba un papél que me consiga un puesto de trabajo. Entonces dejé de fumar, de tomar y comer venenos, porque ya no tenía que evadirme del malestar de trabajar y estudiar para un otro que nunca conocí. Así fue que dejé de preocuparme porque empecé a sentir con mi cuerpo y me poblé con más que palabras sobre la vida.

El mercado sigue intacto, la necesidad histórica está invisibilizada. Dejar de fertilizar porque alguna vez se empezó a arar para sacar un par de yuyos, que rociamos con herbicidas, que nos hicieron necesitar pesticidas, que nos hicieron rociar nitrógeno y fósforo, que ahora se acumula en nuestros ríos y se llenan de algas, que llegan al mar y se vuelve marea roja, que nos hacen ir a pescar más lejos, en aguas más profundas, que nos consumen toda la energía, que reponemos con cultivos transgénicos, que nos destruyen el cuerpo, nos genera dolor y lo evadimos en el consumo de la misma producción que lo generó; esa es la propuesta y voluntad del mercado. Es la propuesta que aceptamos a diario, sin importar nuestros reclamos. El mercado es una peste que se hace fuerte dónde la salud de las personas es débil.

Entonces dejamos, dejamos el estatus en la educación, para eso había que dejar el orgullo, porque donde hay un yo fuerte el amor no crece. El amor nos volvió revolucionarios porque nos relacionamos sin un interés oculto y nos sentimos sinceros. Y en tanta verdad nos sentimos en paz, y la paz nos llenó de energía. Y con toda esa energía aprendí a dejar. Porque en el fondo siempre sabemos lo que tenemos que hacer, solamente que todavía no estamos dispuestos a pagar el precio. Dejar el cine, dejar el churrasco, dejar el trabajo, dejar la 'seguridad' económica, dejar los sueños familiares, dejar la imagen que nuestras amistades tienen de nosotros o dejar el amor de mi madre, siempre hay un dejar que no dejamos y es dónde mueren todas las revoluciones.

Este camino empezó con una declaración de soledad, pero nunca lo fue.

martes, 20 de diciembre de 2011

el valor de tu palabra

Que tenías razón, que era obvio que si yo estaba tan seguro seguro estaba equivocado; que si se podía vivir del aire.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Derretidos en la nieve


Devolver la comunicación a la tierra, darle de una buena vez voz, vos; y yo. Sentirnos en todos nuestros canales; es nuestra necesidad histórica. Si ya de por sí el lenguaje es defectuoso, ¿hace cuanto lo venimos amputando con esto de la era de la comunicación?

quiero escuchar tu voz, y tu risa, porque sin eso mis oídos se marchitan

miércoles, 14 de diciembre de 2011

gusto de vos

Mi bisabuela atravesando a mi abuela, que atravesó a mi mamá a través de mi papá, que atravesó a la maestra, que terminaron atravesando a esa coordinadora de catequesis, cuando la catequista nos la presentó con tanta solemnidad, y que encarnaba toda la flecha del matriarcado y no sólo la punta que yo conozco. Encima esos eran días en los que jugabamos a gustar de alguien y esconder su nombre. Pero esa felcha preguntándome en la frente, justo al entremedio de los ojos, y yo, haciendo fuerza para acordarme de ser Sebastián; pero tan sincero o estúpido, que le contesté Sofía. Si hubiera sido rápido hubiera tirado una gambeta 'sofyyyfferderico', qué herror hoportuno; pero no sabía tirar gambetas y la culpa era de los pibitos de mi grado que no me pasaban la pelota y entonces yo, más mudo que entero, decía que no me gustaba el fútbol. Lo hubiera dicho, que siempre fui un nene de mamá, pero los dedos señalando -siempre son dedos quebrados, y los dos lo sabemos; esos que donde tocan duelen-; o fue que me puse rojo y nada más. Todo lo demás ya era obvio porque ya se sabía desde los 6 años que era imposible que la más linda del grado (que ahora eras vos) guste de mí y solamente quedaba que todas rieran hasta que yo no tenga más sangre en los piés porque esté toda dando vuelta' entre mis cachetes y mi frente; y me infle como un globo; y que el viento me arrastre hasta quedarme atorado en un árbol, una nube o un farol.

viernes, 9 de diciembre de 2011

esto no es arte

aplicativo de instrucciónes, o manual del usuario; o lector: leer dandole play



hola, si ¿qué tal? che, sos muy linda, ¿no querés jugar a la ruleta rusa de los corazones conmigo? Me voy a comportar, te lo juro que me voy a comportar, que seguro le voy a caer bien a tu madre y a tu padre, aunque los dos los odiemos en complicidad y las dos cosas las vamos a hacer para que estés tranquila. Te voy a vender un niño de sonrisa inocente y en cuanto te encariñes te lo voy a arrancar de los brazos y me voy a convertir en un fogoso hombre frío y todavía voy a tener las manchas de luz en los ojos y esa va a ser la señal para que sepas que todavía te amo y te voy a arrastrar por la alfombra como una puta y yo por adentro me voy a arrastrar para compensarlo y voy a torturarme pensando si te gustará o si me vas a dejar porque te maltrato. Pero no te vas a tener que preocupar por limpiar porque después de enchastrarnos voy a limpiarlo todo con la remera sucia que voy a dejar tirada en el piso hace dos semanas porque el resfrío se me fue hace dos semanas y ya no necesité sonarme más los mocos ni mover la remera con la que me sonaba los mocos hace dos semanas. Te voy a cocinar tu comida preferida, te voy a sorprender en la ducha y te voy a enjabonar con mucha suavidad en tus partes más tensas y te las voy a aflojar porque sé que en la ducha no tenés forma de escaparte y antes de saberte entregada voy a recorrerte con besos, o con la lengua, y en cuanto estés entregada te voy a dar la espalda y pedirte que me pases el jabón por ese grano que me salió en la espalda por usar mochila en verano o me voy a tirar un pedo de esos que en la ducha siempre huelen peor, pero tu comida favorita me va a salir riquisima y la vamos a acompañar con helado de crema del cielo y pistacho y vamos a ver una pelicula de Tarkovski y me voy a hacer el que sabe para saber por un rato que ahora no podés darme vuelta con dos palabras y hacerme sentir un tonto como siempre lo haces cada vez que das vuelta todo y me convencés que el que lo da vuelta todo siempre soy yo. Te voy a pedir que te vengas a vivir al campo conmigo, que seas la madre de mis hijos, que me amamantes con tu leche, te voy a empezar a construir un castillo y en cuanto lo termine vos vas a poder esperar a tu principe azul en la torre más alta y yo sólo te voy a pedir un balde para que la sangre que salga de mi corazón no manche más el piso y me voy a dejar morir por gotas para que tu principe azul, que voy a ser yo, nunca llegue; porque voy a preferir siempre ser más un dragón más que ser una mentira y hasta que un día bajes de la torre y caminemos por los prados sembrados de albaca y berros de agua que van a crecer en nuestros estanques llenos de sapos que, del otro lado de la ventana, te voy a ver besar uno por uno, buscando vaya a saber yo qué, todas las noches que nos peliemos porque queramos entendernos y siempre sea imposible, porque entender siempre va a ser imposible y siempre lo vamos a intentar lo mismo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sin sabiduría si por facón fue el temblor que el piso le hizo pa' romper el bailongo. Más a los tientos cargaba el jabón de los otros que le habían dado su sangre. Y en deuda sin contrato su recado era el de no andar regandola poraí. A la cuenta que un poco obligao había dado a pie, por hacerse el bagualón entre los compadres, entrar a ese ranchear al que todos iban pa hacerle la cama a un alguien y con suerte conseguir alguna cachucha. A jugar a manganeta pa sacar por tarja, aunque se confunda el amor con el engaño, deso se hablaba por esos años aunque naide lo diga. Jedetina que por largo se carga de tanto querer dar gatazo sin realmente quererlo. Ladeada se encontró la busca de una querendona. En esos andares sin poca confusión y pa toda la vida, quedado de mojón salió pajuera del boliche sin andar con el cargar de una muchacha ni un puñal en sus tripas.